El edificio para el Centro de Congresos y su entorno pretende ser una atalaya contemporánea situada en una posición que dibuja un triángulo equilátero  con el Castillo de Santa Bárbara y el Castillo de San Fernando.

Para establecer un diálogo coherente con los castillos se entiende fundamental que el edificio se recorra por su cubierta ajardinada, y que ésta sea un paseo ascendente (y descendente) que permita observar la ciudad de Alicante y el Mar Mediterráneo desde una posición elevada en continua conexión visual con Santa Bárbara y San Fernando.

El proyecto juega con el concepto del “ver y ser visto”. Será un hito importante para Alicante, reconocible y dialogante con las referencias históricas. 

Se plantea un gran foyer o vestíbulo vertical, un espacio único de dobles alturas conectado por escaleras mecánicas del que se accede a las distintas salas y partes del programa de Centro de Congresos. Ese vestíbulo está servido por un núcleo de comunicaciones, evacuación y servicios, contiguo a un núcleo similar que sirve a la zona de oficinas, que se sitúa en las plantas altas del edificio para permitir disfrutar de las vistas y alejarse del bullicio de las zonas públicas del parque y la rampa ajardinada del edificio para facilitar un ambiente de trabajo ideal.

Los auditorios 1 y 2, de mayor capacidad, se localizan en los niveles inferiores, que permiten el aprovechamiento del máximo ancho de 40 metros del edificio, para obtener una proporción que permita una mejor visual del escenario y la pantalla. En el nivel superior se sitúan el Auditorio 3 (550 butacas), y la sala multiusos, y en el nivel inferior las salas de comisión, la sala VIP y la sala de prensa, así como el registro, guardarropa y oficinas de gestión, próximos a la zona de acceso.

El volumen del edificio se fragmenta en dos, y se plantea una cubierta inclinada peatonal que arranca a nivel del muelle, y recorre los dos volúmenes del edificio en un sentido de ida y vuelta, llegando a alcanzar una cota máxima de 56,75m en su parte más alta, auténtico mirador desde el que observar tanto la ciudad como el mar y el horizonte.

El edificio tiene un fuerte potencial bioclimático y de renovables. Su concepción espacial y su lógica constructiva permite muy buenas condiciones de calidad ambiental, bajo impacto y una buena integración de estrategias para la eficiencia.