El casco antiguo de El Puerto de Santa María ofrece algunas enseñanzas: es una trama densa, apretada, de edificaciones bajas y calles estrechas protegidas del sol y pensadas para el paseo.

En contraposición los edificios del ensanche urbano ya realizados: rutinarios y típicos bloques de viviendas, sin escala ni intención urbana, presentes en la periferia de la mayoría de ciudades españolas.

En la ordenación de La Florida hay terreno suficiente como para plantear una expansión de la ciudad que recupere los valores del casco. Un tejido con una trama densa en su dibujo y baja en altura, con una vegetación omnipresente que se mezcle con la edificación -ciudad jardín- y genere un microclima suave en un lugar excesivamente caluroso en verano.

Las dotaciones y piezas no residenciales se reparten equitativamente en el tejido.